Visita a una tienda tradicional en el centro histórico de la ciudad de León. Concretamente en la Calle Azabachería. Su especialidad es la cerámica y alfarería tradicional que llevan elaborando desde 1940.
Siempre es bonito volver a tu casa después de haber estado fuera por algún tiempo. En el último viaje a León en diciembre de 2021, además de las visitas obligadas a familiares y amigos, descubrí un pequeño rincón que me encantó y que quiero compartir en este blog.
Todos hemos escuchado alguna vez: “Para aprender un idioma no solamente es preciso conocer la gramática y el vocabulario, sino que también es preciso conocer aspectos de la cultura en la que se da este idioma”. Verdaderamente creo que es así, ya que de cualquier otra manera sería difícil comprender muchas de las formas de actuar y expresarse de las personas que hablan ese idioma.
Voy a aprovechar entonces esta primera entrada al blog del 2022 para hablaros de la tienda “La cacharrería” y, más concretamente, uno de sus productos estrella: El botijo.
Imagen 1: Botijos del interior de la tienda "La cacharrería".
En las pasadas navidades, y en uno de mis paseos por al Barrio Húmedo de León, me encontré con esta tienda. Pese a llevar abierta varias décadas, nunca recuerdo haberla visto con anterioridad, por lo que decidí entrar, principalmente atraído por la cantidad de objetos artesanales y tradicionales que allí se encuentran.
La dueña del local, Ángeles Murciego, me atendió muy amablemente y respondió a todas las preguntas que yo le hice. Fue en esta conversación cuando me surgió la idea de escribir este blog. Ángeles hablaba con sabiduría y orgullo del trabajo que ella desempeña en la tienda, así como de las previas generaciones que abrieron el negocio vendiendo desde platos, vasos y fuentes de barro (arcilla), pasando por vasijas, jarras y, cómo no, botijos. Importante mencionar que prácticamente la mayoría de estos utensilios han sido, y siguen siendo, elaborados artesanalmente en Jiménez de Jamuz (León).
Galería 1: Elaboraciones artesanales del interior de la tienda "La cacharrería".
Ángeles me explicó que, aunque la tienda vende muchos cacharros a turistas que visitan la ciudad y quieren llevarse un recuerdo, el negocio, sorprendentemente para mí, continúa vendiendo muchísimos productos artesanales para uso regular de sus clientes de toda la vida.
Uno de esos productos es el botijo. Y ahora vais a entender por qué es un objeto tan importante en la vida cotidiana de algunos españoles. Posiblemente no tanto ahora, pero sí en épocas pasadas.
Como podéis ver en la foto, el botijo es un recipiente, en la mayoría de los casos hecho de arcilla, que tiene dos orificios. El objetivo del botijo es contener agua. La característica principal, que lo hace tan importante y especial, es que mantiene el agua fresca.
Según puedo leer en un folleto informativo que Ángeles me dio: “Los botijos, por muy simples que parezcan, son capaces de enfriar el agua y mantenerla fresca incluso cuando la temperatura ambiente es elevada. Como todo en esta vida tiene una explicación científica: El agua que introducimos en el botijo va poco a poco filtrándose por los poros de la arcilla y al entrar en contacto con el ambiente seco exterior, una parte del agua se evapora, produciendo un enfriamiento equivalente a unas 500 calorías por cada gramo de agua evaporada. La clave del enfriamiento está pues en la evaporación del agua exudada, que disipa la energía térmica del agua del botijo”.
Imagen 2: Explicación científica del proceso que tiene lugar con el agua del botijo.
Ahora podéis imaginar la importancia de este recipiente. Pensad por un momento en un día de verano en alguna parte de España, con una temperatura de 35º o 40ºC y trabajando al sol durante varias horas seguidas. El hecho de tomar un pequeño descanso y poder beber agua fresca, puede ser equiparable a la sensación de caminar por el desierto y encontrarse un oasis. ¡Es casi un milagro!
Pues sí, este maravilloso instrumento, que parece ser que existe en la Península Ibérica desde hace unos 3.500 años, es capaz de mantener el agua fresca pese a no estar en un frigorífico y, más aún si cabe, encontrándose expuesto al sol.
Si la historia de Ángeles y los botijos os ha parecido interesante, os recomiendo encarecidamente que visitéis su tienda. No os va a defraudar. Y ya que el Bernesga pasa por León, no puedo dejar pasar la oportunidad de invitaros a visitar el “Museo del Botijo” en Toral de los Guzmanes (León). Además de ser mi pueblo, y ser fantástico de por sí, disfrutaréis de una de las colecciones de botijos más grandes del mundo.
Galería 2: Museo del botijo en Toral de los Guzmanes (León).
Espero que este paseo por las costumbres españolas haya sido de vuestro agrado. Ojalá podáis disfrutar de conversaciones similares en vuestras futuras visitas a España. ¡Ahí está el verdadero aprendizaje del idioma!
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