Alvin Taguaripano nos cuenta cómo es la experiencia de enseñar español a tus hijos cuando la lengua materna de tu pareja, y del país en el que vives, no es el español. Además, nos aporta ejemplos, opiniones y algunos consejos que nos serán muy útiles.
Foto 1: Alvin y Óscar en una terraza en el centro de Salamanca (España).
Entrevista en español
En el pasado mes de julio de 2022 asistí a los cursos para profesores de español ofrecidos por la escuela de español Estudio Sampere (Salamanca, España). Tuve la suerte de coincidir con un grupo maravilloso de compañeros de profesión, así como, igualmente, las profesoras que nos impartieron los diferentes talleres formativos.
En esta entrevista, que inaugura el blog de este comienzo de curso escolar, conoceremos a uno de los componentes de este grupo fantástico. Estoy seguro que su historia y sus experiencias os mantendrán interesados hasta el último párrafo. Os dejo con Alvin y su relato.
Galería 1: Compañeros del curso en Escuela Sampera Salamanca - julio 2022
Óscar: Háblanos de ti para conocer quién eres.
Alvin: Mi nombre es Alvin Taguaripano, tengo 38 años, venezolano. Nací, me crie y estudié en Venezuela, hasta que tenía 25 años, 26 creo, no me recuerdo. Estudié historia y geografía para ser profesor allá. Trabajé durante muchísimos años en Venezuela como profesor de historia y geografía. A parte de eso, hice mucho deporte allá en Venezuela. Desde los 6 años estoy jugando al beisbol, representando a mi ciudad en diferentes estados de Venezuela. Y, bueno, desde hace 12 años estoy viviendo en Suecia con mi pareja sueca, que conocí en Venezuela, y allá soy profesor de español.
Óscar: ¿Tienes familia?
Alvin: Sí, he tenido 4 niños. Sus edades son 8, 5, 3 y un año.
Óscar: ¿Cómo ha sido tu experiencia aprendiendo idiomas? Desde tus inicios, hasta tus últimas experiencias en Suecia.
Alvin: Me recuerdo que, en el colegio, en Venezuela, nunca fui el mejor a nivel de idiomas. No porque no fuera inteligente, sino porque, digamos, no me interesaba. En Venezuela es muy poca la gente que, por lo menos en el Bachillerato, sale y hable inglés. Por lo menos en mi época no se ve para qué lo voy a utilizar, no lo necesito.
Ya después cuando salgo a vivir al exterior, que digamos ya estoy un poco en la vida adulta, que empiezo a relacionarme con gente mucho más internacional. Comienzo a viajar por diferentes países, digamos que me nace como ese gusanito de que quiero comunicarme con la gente, quiero salir a disfrutar, no quiero restringirme de lo que es el mundo por no hablar un idioma. Así comenzó mi travesía en el mundo de los idiomas, empezando con el inglés. Ya después fue el sueco.
"[...] nunca fui el mejor a nivel de idiomas. No porque no fuera inteligente, sino porque, digamos, no me interesaba."
Óscar: ¿Qué hiciste para aprender sueco? Cómo recuerdas tu experiencia y qué estrategias utilizaste para mejorar.
Alvin: Para mí, cuando yo comencé a estudiar sueco, yo llego a Suecia y no tuve la necesidad de trabajar de una vez, ya que mi mujer estaba trabajando y daba lo suficiente para vivir. Entonces yo me concentré en estudiar y, primero, para mí lo más importante fue tener un punto de partida. Al entender la gramática de una manera estructurada (dónde iba el verbo, dónde iba el sustantivo, en qué posición) ya después de eso para mí fue mucho más fácil. En la parte escrita.
A parte de eso, yo mismo me sentaba y empezaba a escribir cartas de lo que hice en el día: bueno, hoy fui al supermercado, hoy hice tal cosa o hice esto. Después, se lo daba a mi profesora de un colegio que ofrece el estado sueco. Ella me lo revisaba, veía cuales eran los fallos y yo en la siguiente hoja escribía correctamente lo que era. Así yo podía diferenciar lo que había hecho mal; hubiese sido porque puse un pasado en vez de presente o que ahí no debía colocar el adjetivo, etc.
Óscar: ¿Qué crees que fue lo que te hizo dar el salto para empezar a comprender mejor el sueco?
Alvin: Como país extranjero, a nivel cultural, a nivel de amigos, es completamente diferente. No tenía amigos y lo único que tenía era la familia de mi esposa. Yo no quería salir con sus amigos, yo quería hacer mi propio grupo de amigos como yo tenía en Venezuela. Por lo tanto, yo a los 3 meses de haber llegado, cuando ya el invierno fue saliendo, decidí meterme en un equipo de beisbol, porque es lo que yo había hecho toda mi vida. Y si me tengo que comunicar en un idioma que no es el mío, por lo menos, quiero hacerlo en algo que yo conozco. En algo que, entre comillas, el idioma va a ser universal, porque lo voy a entender.
"[...] si me tengo que comunicar en un idioma que no es el mío, por lo menos, quiero hacerlo en algo que yo conozco."
Entonces le escribí a un equipo de Estocolmo. Les dije que quería jugar con ellos y me dijeron que no tenía ningún problema. Entonces, cuando ya me fui relacionando mucho más con ellos, les dije a ellos: no me hablen en inglés, quiero que me hablen en sueco. Así, las cosas que yo sé en beisbol, por lo menos las puedo traducir al sueco y ya ustedes me van corrigiendo. Porque, qué pasa, yo comienzo a entender el sueco a las 3 meses gracias a eso. Como estoy entrenando con ellos y ellos hablando en sueco, se me abrió el oído al estar en contacto directo con el idioma.
Con mi esposa lo intenté pero, digamos que, la relación alumno-profesora no fue la mejor. Eran muchas peleas. Que si abre la boca, que si haz así, que si así no lo pronuncia mi profesora… Entonces yo dije: “Yo aprendo por mi cuenta. Yo aprendo solo.”
Foto 2: Alvin y Óscar durante la entrevista que ha sido transcrita para esta entrada.
Óscar: ¿Qué fue lo más difícil del aprendizaje del sueco?
Alvin: Para mí lo más difícil fue la pronunciación, porque hay sonidos que no tenemos en el español. Y como persona adulta se me dificulta porque nunca tuve contacto con el idioma sueco. En Venezuela, y en América latina, es casi imposible escuchar sueco. A diferencia del inglés que, al menos, en algún contexto, lo vas a tener.
La parte auditiva estaba; por el equipo, porque me puse a escuchar la radio todos los días. Tenía la radio prendida siempre. De manera consciente, o inconsciente, estaba escuchando cómo eran los sonidos. Lo empecé a entender a los 3 meses; lo empecé a hablar a los 6 meses.
"Tenía la radio prendida siempre. De manera consciente, o inconsciente, estaba escuchando cómo eran los sonidos."
Hasta aquí la primera parte de la entrevista a Alvin. No os perdáis la segunda parte de la entrevista, en la próxima entrada del mes de octubre.
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